Por: José Valentín Mejía Arango, Cecilia Arango Mejía y Bernardo Mejía Arango
Guadalajara de Buga, 16 de enero de 2010
Me impresionó el relato de su viaje por el páramo de Las Hermosas, cuando tenía 13 años. Mi tío empezó su historia diciendo:
“Ahora, en el otoño de mi vida, tengo frescas las imágenes de mis padres. Don Bernardo Mejía Restrepo era un hombre de mediana estatura, “acuerpado” como decimos los paisas, pero no era gordo. Tenía la piel blanca, los ojos, los cabellos y la barba color café. Diariamente rasuraba su barba y en los últimos años se dejaba el bigote, bien cuidado. Nació el 25 de febrero de 1892 en Manizales murió el 12 de noviembre de 1955 en Cali; tenía 63 años largos, aún lucía joven.
Doña Cecilia Arango Jaramillo de Mejía, era alta, delgada, blanca, de ojos azules. Se peinaba recogiendo su hermoso cabello hacia atrás, peinado que sostenía con dos peinetones muy bonitos; mi madre murió en Tuluá, de 49 ½ años, después de una cirugía del apéndice; Ella había nacido en Manizales, el 11 de noviembre de 1898, seis años menor que mi padre.
Mi madre lo acompañaba en sus correrías y viajes; Ella era fuerte y valerosa como sus antepasados, varios de ellos fundadores de Manizales; el más importante era su bisabuelo don Joaquín Arango Restrepo: fue ese bisabuelo el que escogió el sitio donde se fundaría la ciudad.
Los dos tenían espíritu emprendedor; donde llegábamos, él compraba buenas tierras, luego traía constructores de Manizales, Pereira o Cali. Dirigía la construcción de la casa y los establos. Sus casas eran grandes y cómodas. Casi siempre invitaba a un amigo ingeniero Agrónomo y con él y los trabajadores organizaban las huertas, los jardines y el cultivo de los pastos.
Mis padres tenían buenas amistades; siempre estábamos acompañados y visitados por gente importante de la ciudad o el pueblo donde llegábamos. Ellos, mis padres, eran amables y serviciales.
Cuando la finca o la hacienda empezaba a funcionar con comodidades, nosotros emigrábamos a otros sitios con mejores horizontes. Hermosa y cómoda estaba la hacienda “El Bosque” en agosto de 1941, cuando mi padre decidió viajar al Tolima para empezar de nuevo.
Mis padres invitaron para este viaje a don Julio Chica, su cuñado. Cuñado de los dos porque primero estuvo casado con Inés Arango Jaramillo, la hermana mayor de mi madre. Inés murió muy joven dejando cuatro hijos: Evelia, Edesio, Santiago y Noel.
El 20 de agosto de 1941 viajamos a Sevilla; allá se casaron el 26 de agosto, Arturo mi hermano mayor de 21 años, con Elvia Arango Duque de 17.
A Sevilla llegaron dos de los hijos mayores de Don Julio: Santiago y Noel, este último casado con Graciela Arias; llevaban su primer hijo Arnoldo de 8 meses. Todos los viajeros llegaron a Sevilla. Iba también don Alfonso Salazar quien por aquella época estaba soltero.
El 27 de agosto salimos para Armenia, Ibagué, Espinal, el Guamo y Saldaña. Pasamos por Chaparral. Ascendimos hasta La Herrera pasando por Rio Blanco y muchas veredas. Cruzamos ríos grandes como el Saldaña y el Anamichú y profundas cañadas; la que más recuerdo es la cañada El Cambray , con muchas cascadas y puentes colgantes, cañadas que teníamos a veces que pasar a pié con los caballos de cabestro; esta es la palabra correcta porque “cabresto” no es castizo.
Después de La Herrera pasando el río Hereje, llegamos a “Campohermoso”, a un lado queda San Jorge, finca de don Julio y al otro la finca de don Francisco, no recuerdo el nombre ….. creo que era “El Jardín” porque la separaba del resto del terreno la quebrada El Jardín. En esa quebrada que también bañaba nuestro terreno, Jaime y yo hicimos un charco para bañarnos y lo disfrutamos muchísimo. Mi hermano Jaime era tres años mayor que yo; él nació el 4 de enero de 1926 y yo el 12 de septiembre de 1929.
La parte de la hacienda que nos correspondía, no tenía casa; mi padre la escogió para hacerla a su gusto y el de mi madre. La familia se quedó en el pueblo mientras construían. Mi padre hizo los planos y la casa quedó muy grande y muy bonita.
Un mes después, el 30 de noviembre de 1942, mi hermano Jaime se escapó de la casa e intentó cruzar solo el páramo de La Hermosas, que ocupa los límites entre el Tolima y el Valle del Cauca. Muy angustiados, mi papá y yo salimos en su busca y lo alcanzamos en el refugio “El Auxilio”, antes de comenzar la travesía del páramo.
Decidimos hacer el viaje cruzando el páramo de Las Hermosas; por aquella época, mucha gente hacía este viaje, y nosotros lo hicimos pensando que era que era un camino más corto y económico. Mi madre, Jaime y yo salimos desde Campohermoso el 8 de diciembre de 1942; ya te dije antes, mi madre a pesar de ser fina y de modales muy delicados, era una mujer muy valiente, fuerte y arriesgada. Siempre demostraba el temple de su raza. Preparamos las maletas con buenos abrigos y cobijas. Ella calzó sus botines de cuero; eran botas hasta la mitad de la pierna, zapatos adecuados para las largas caminatas por terrenos bastante difíciles.
Cuando llegó la luz del nuevo día y empezamos de nuevo a caminar, nos dimos cuenta que estábamos al lado de una quebrada a la que llamaban “El Purgatorio”, porque tenía las aguas rojas. Jaime y yo nos adelantamos hasta el refugio “Abelino”, al final del páramo, conseguimos café caliente en un termo y comida para mi madre que empezaba a sentirse cansada. Por fin llegamos todos al refugio y empezamos a descender por la ladera occidental del páramo hasta llegar a Florida en el Valle del Cauca. Allí nos enteramos que una familia que hacía la travesía del páramo, había perdido una niña de 10 años en medio de la niebla; la niña se extravió y la encontraron muerta y congelada, sentada junto a un árbol. Nos impresionó la noticia, pero continuamos el viaje.
Así terminó el tío José Valentín, a quien todos le decimos cariñosamente “El tío Chepe”, su interesante historia, este primero de enero de 2010.
Nota del redactor; quienes quieran ver el páramo de Las Hermosas pueden utilizar el siguiente enlace: http://www.paisajesdecolombia.net/Hermosas.html
Quienes quieran ver a Herrera y el camino hasta el páramo de las hermosas pueden entrar en el siguiente enlace:
http://www.google.com.co/search?hl=es&source=hp&q=herrera+tolima&meta=&aq=0&oq=Herrera
si primo:
ResponderEliminarque linda historia del tio Chepe, ya me la habia contado en uno de los multiples viajes que me acompaño en mis correrias cuando vendia el azucar por el valle, preguntale la parte de cuando la abuela casi se la lleva el rio y el vaquiano que los acompañaba la salvo.
Bernardo, mi papá nos había contado esta historia, pero hace tanto tiempo... hoy me encantó ver como pudieron salir de esa situación tan dura. Sigo feliz de poder leer estas historias, por favor siga con con tan maravillosa forma de tertuliar. Un abrazo.
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